...Porque hay momentos en nuestras vidas en los que es necesario viajar. Viajemos hoy a lo desconocido...

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Carta sin destino

...¿Cómo? Dime cómo sin si quiera proponértelo has dejado tal huella en mi alma... llegaste arrolladora en tu hermosura y al paso te dejé partir. "Es lo mejor", me repetí; la razón otra vez traicionó a mi espíritu cansado. Sería todo tan distinto si estuvieses a mi lado... las noches, no serían tan vacías, llenaría cada rincón de mi alma con el dulce néctar de tus labios. La luna, testigo de tantos sueños desvelados, bañaría tu imagen convirtiendo en poesía un momento perfectamente bello. Al llegar la aurora, rogaría a Dios que parara el cielo y su ciclo unas horas más, solo por poder seguir estrechándote entre mis brazos. Y es que es tanto lo que siento por tí musa mía...

Cuando te conocí, supe que eras diferente. Tu presencia me reconfortaba de tal manera, que llegué a olvidarme de las heridas del pasado. Y como un fuego fatuo, cuando menos lo esperaba, hiciste estallar los restos de mi ser ya extinto en un sin fin de esplendorosas llamas.
Gracias a tu existir, recuperé mi esencia; aquella tan perdida, que no recordaba el camino de volver a casa. Te debo tanto, y ni si quiera eres consciente de ello.

Me tocó decidir, pero quizás no escogí la opción mas adecuada, solo el tiempo lo dirá... mientras tanto seguiré evocando esa sonrisa tuya y brindando con los cielos porque seas inmensamente dichosa...


Sientas lo que sientas, sigue cerca amanecer de mis días...